Revisar carpetas de recuerdos en los estantes de la
memoria. Sacudir el polvo acumulado en el olvido. Encontrar heridas de rabia que
no sanan con la luz del día. Estudiar esquemas del pasado mientras el tiempo se
desangra. Posteriormente, el tiempo muere. Y solo se respira un silencio basado en
la incertidumbre.