sábado, 22 de octubre de 2016

Observa la nostalgia de las figuras que germinan del cielo. Un viento impávido bordea su rostro y lo envejece hacia la tarde para morir junto al sol. Medita sobre la sangre que ha derrotado sus últimas esperanzas, y en el final - ahora tan presente- que le sabe a metáfora. Por un momento, su hedonismo tambalea pero surge entre el caos, y vuelve a ejercer su dominio ante la batalla que ingenuamente creía perdida. Verifica su posición ante la realidad. Corrobora el fuego del cigarro que hierve entre los dedos de la mano. Elimina con método los pensamientos inútiles. Observa las agujas del reloj; llama a R., y le indica el iter criminis seguir, y la hora en que la víctima pasará sobre la avenida indicada. Cuelga el teléfono y algo en sus intestinos se revuelve con rabia. Y en el fondo lo sabe: darle muerte a M. será un acto hermoso, porque no solo su calidad de herederos los une, sino también la sangre. 

domingo, 27 de marzo de 2016

En respuesta a esas interrogantes que alguna vez Alejandro Jodorowsky formuló: 

A. ¿Quién soy? 
R.    Un ser hecho de materia e imaginación.

B. ¿Qué quiero ser?
R.  Un intérprete de los silogismos de la vida.

C. ¿Qué quiero hacer?
R.  Encontrar métodos para sobrevivir a las obsesiones y ansiedades que ocasiona el mundo. 

D. ¿Dónde quiero vivir?
R.  En el silencio de mi consciencia. 

E. ¿Qué tengo?
R. Ideas que plasmar. 

F. ¿Qué quiero tener?
R. Ideales firmes para asumir consecuencias.

G. ¿ A quienes amo?
R. A los que me esperan. 

H. ¿ A quienes admiro?
R. A los que saben apreciar los días nublados.

I. ¿Cuántos años quiero vivir?
R. Los que me permita la memoria. 
El sol es pardo y sus proyecciones se desgastan sobre los tejidos de piel de los presentes. Rumores de verano acarician los rostros transformando las inflexiones ocasionadas por el tedio de la semana. Tamara Montenegro, con método transmite sonidos melancólicos y sensuales. Los oyentes comulgan del ritual musical que sucede ante ellos. Sus cuerpos acribillados por la herencia de historias de sangre y revolución, crean resistencia ante las manifestaciones oníricas de sonido. Entre los cuerpos hieráticos: alguien, mueve la cabeza al ritmo del kick que surge en el metrónomo imaginario cada cuatro cuartos, entonces, la euforia lo hace abandonar la postura y se convierte en un creador de geometrías corporales. Evoca a la libertad corporal para domesticar sus ansiedades y obsesiones. La audiencia lo observa con desdén y  morbosidad, mientras las líneas de luz que provoca el sol se oxidan dentro de mis retinas.